Un humorista que actuaba en un teatro era terriblemente malo (que
nadie se sienta aludido) y cada vez iba menos gente a su funcion, hasta
que un dia sale al escenario y solo hay una persona y le dice el actor: 
-Aunque solo este usted, tenga por seguro que yo le pondre 
el mismo entusiasmo y me esmerare lo mismo en mi actuacion. 
-Bueno, bueno, pero esmerese rapido que al acabar yo tengo que
limpiar el escenario. 
(Visto 266 veces)